* INFORME

MIRADA DEL EXPERTO

Mirada del experto

Descentralización y proximidad. Sobre la repolitización de la seguridad en las Policías Locales y la Gendarmería Nacional Argentina.

*Por Sabina Frederic (UNQ-CONICET)

Más policías, más gendarmes, más prefecturianos patrullando el espacio público fueron la respuesta gubernamental para saciar las demandas de inseguridad; respuesta espasmódica en tiempos electorales. Con esa finalidad se implementaron el Plan Cinturón Sur en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (2011) y se crearon las policías locales en la Provincia de Buenos Aires (2014). En el primer caso el gobierno nacional desplegó 2400 efectivos, entre gendarmes y prefecturianos, para patrullar una zona con alta concentración de complejos habitacionales segregados, jurisdicción de la Policía Federal Argentina. En el otro caso, ochenta y dos municipios del Gran Buenos Aires, reclutaron en dos años unos 17.000 efectivos, para “dar seguridad” en la jurisdicción de la Policía de la Provincia de Buenos Aires, de la que además dependieron.

Fue así como la seguridad se re-politizó. No sólo porque eran decisiones tomadas en tiempos electorales. La saturación policial, se justificó moralizando las operaciones policiales y sus vínculos con los ciudadanos bajo el principio de la “proximidad” entre policías o gendarmes a la comunidad, y la “descentralización” de las decisiones. Con sus variantes los uniformados entraron en relaciones directas con más referentes barriales, militantes, vecinos y líderes, para “dar seguridad”. Sus intervenciones en la distribución de este recurso público se re-politizaron, inscribiéndose en tramas sociopolíticas preexistentes. La política en esos barrios también encarnó en uniformados armados, como agentes de la regulación estatal.

En este escenario de redistribución de la coerción física del Estado cabe indicar un denominador común al comparar los policiamientos de estas dos Fuerzas. Aunque la dependencia, envergadura y legitimidad de ambas difiera, esa proximidad de policías o gendarmes a la comunidad a instancias de: negociaciones, reuniones, comunicaciones cotidianas, politizo su accionar. Con esta dinámica, redelimitaba las márgenes del Estado al intervenir espacios urbanos que antes no eran patrullados por ninguna fuerza policial, y determinaban cotidianamente quiénes accedían al derecho a la protección estatal.

Los dos casos descentralizaron conflictivamente el nivel del Estado donde se definió la situación policial de intervención. La gendarmería, una fuerza federal, contó de hecho y en tensión con el Ministerio, de una considerable autonomía operacional a nivel del jefe de la unidad quien junto con ciertos referentes barriales, representativos y organizados, distribuyeron seguridad. Para las Policías Locales el nivel de la decisión debía ser municipal, a costa de tensiones con las comisarías y el comando de patrullas, y las respectivas superintendencias policiales y propio Ministerio de Seguridad provincial.

Dado que el policiamiento de proximidad se extendió a más policías argentinas, la comparación de las tramas socio políticas que construyó es de los objetivos principales de nuestra agenda de investigación presente y futura. Entre los temas que comprende destacamos: A) la proliferación de efectivos organizados bajo estas modalidades políticas del policiamiento y la configuración de los mercados “legales” e “ilegales” (tráfico de mercancías, personas y servicios); B) el crecimiento de la tasa de encarcelamiento, la saturación policial y las operaciones de control; y C) los órdenes políticos, sociales, religiosos o morales que estas formas de patrullaje, introducen en las poblaciones.

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