* INFORME

MIRADA DEL EXPERTO

BOLETÍN 33

SEPTIEMBRE 2023

Mirada del experto

Muertes violentas en Argentina a través de las estadísticas de salud

Por Adrián Santoro*

En Argentina, las estadísticas de mortalidad provienen del Sistema Estadístico de Salud (SES), responsable de la elaboración de las Estadísticas Vitales (EEVV) en el marco del Sistema Estadístico Nacional (SEN) que coordina el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC).

Las EEVV compilan información sobre las defunciones que ocurren en el territorio nacional en forma de registro permanente. Cada vez que una muerte ocurre, un/a profesional de salud certifica esa defunción y elabora el informe estadístico correspondiente donde vuelca información del/a fallecido/a (sexo, edad, nivels de instrucción, etc.) y del hecho (causa de la muerte, lugar de ocurrencia, etc.)

La causa de muerte que se utiliza para los tabulados estadísticos es la denominada “causa básica”, que puede coincidir o no con la señalada en el certificado de defunción (de carácter legal y no estadístico). Como causa básica se entiende “la enfermedad o lesión que inició la cadena de acontecimientos patológicos que condujeron directamente a la muerte, o las circunstancias del accidente o violencia que produjo la lesión fatal” (definición de la Organización Mundial de la Salud -OMS-).

El concepto de “causa de muerte” es extremadamente complejo y puede tener altos niveles de especificidad. Debido a ello, la OMS desarrolló (y actualiza periódicamente) una clasificación internacional que permite agrupar las causas de muerte en categorías estadísticas, es decir, agrupamientos de causas que permiten representar la mortalidad de una población de manera resumida y comprensible. Esta clasificación se denomina Clasificación Estadística Internacional de Enfermedades y Problemas Relacionados con la Salud, y en Argentina se utiliza la décima revisión (CIE-10).

El grupo de defunciones que habitualmente se caracterizan como “violentas” son aquellas cuya causa básica no es un proceso patológico, sino un accidente o violencia. Estas causas son agrupadas dentro de la CIE-10 en un capítulo denominado “Causas externas de morbilidad y de mortalidad” en la CIE-10. En ese marco, resultaría inadecuado asociar directamente el concepto de “violencia” a la mortalidad por causas externas, ya que este grupo engloba causas de muerte que, en principio, podrían considerarse como no intencionales ni interpersonales como, por ejemplo, una muerte debida a una caída. Otro elemento a tener en cuenta es que el eje fundamental de la CIE-10 para agrupar las muertes por causas externas es la intencionalidad. De esta manera define los siguientes grupos: “accidentes”, “lesiones autoinfligidas intencionalmente”, “agresiones”, “eventos de intención no determinada”. Además, agrega dos categorías no clasificables por intencionalidad: “intervención legal y operaciones de guerra” y “complicaciones de la atención médica y quirúrgica”.

La categoría “eventos de intención no determinada” (EIND) resulta crucial en la descripción de la incidencia de la mortalidad por cada intencionalidad y para los análisis de series temporales, debido a que funciona como una categoría residual de la mortalidad con registro estadístico incompleto. Cualquier defunción por causas externas en las que no se pudo certificar la intencionalidad de la lesión o violencia que la produjo, queda automáticamente clasificada como EIND, independientemente de que se conozcan otras circunstancias de esa muerte como el lugar de ocurrencia o el mecanismo que la produjo. De esta manera puede determinarse a priori que las tres categorías de intencionalidad definida (“accidentes”, “lesiones autoinfligidas intencionalmente” - o suicidios - y “agresiones”) están subestimadas. El nudo del problema radica, entonces, en determinar cuánto aportan a los EIND los accidentes, los suicidios y las agresiones.

En el estudio “Recálculo de las tendencias de mortalidad por accidentes, suicidios y homicidios en Argentina, 1997-2018” abordamos este problema reconstruyendo las series temporales de cada intencionalidad luego de asignar los EIND a categorías definidas, mediante un método de imputación. Los resultados mostraron que la imputación no modifica de manera sustancial la tendencia de la mortalidad por accidentes pero tiene mayor impacto en la mortalidad por homicidios y suicidios. Dicho de otra forma, según el modelo de imputación, los EIND concentran en mayor medida agresiones y suicidios que accidentes. Debe destacarse que, a pesar de la imputación de la información faltante, los accidentes y agresiones mostraron descensos en la mortalidad entre el principio y el final del período estudiado, no así los suicidios que mostraron un aumento.

La información disponible actualmente llega hasta el año 2021. El período 2019-2021 no ha sido analizado aún, sin embargo hay algunos indicios que no son buenos en relación a la calidad de la información. El año 2021 marcó un aumento significativo de los IEND: para la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y la Provincia de Buenos Aires, casi la mitad de las muertes por causas externas fueron clasificadas como EIND (49,1% y 46,7% respectivamente), mientras que para Córdoba este porcentaje alcanza el 30,3%, por citar algunos ejemplos. Para el total del país, el porcentaje de EIND alcanza el 26,9%, sensiblemente más alto que otros países de la región. Estos valores representan un desafío para futuros análisis de la mortalidad por violencias a partir de los datos estadísticos de salud en la Argentina.

* Licenciado en Sociología (UBA) y Magister en Generación y Análisis de Información Estadística (UNTREF).

<< Volver