Explorando el ‘desempeño moral’ en cárceles chilenas y su potencial en la reinserción.
Por Guillermo Sanhueza y Francisca Pérez
Establecer un mecanismo de observación del ambiente penitenciario resulta crucial para saber cómo es la vida en su interior, y también para favorecer procesos de reinserción social. Esta comunicación resume un estudio realizado en Chile utilizando el cuestionario Measuring Quality of Prison Life [MQPL] (Liebling, 2004), encuestando a 1.448 privadas de libertad de cinco cárceles. Los resultados de nuestro estudio sugieren que i) la versión chilena del MQPL sería sensible a las realidad carcelaria chilena ii) las cárceles estudiadas varían en su desempeño moral, tanto a nivel global como en indicadores específicos, proporcionando evidencia empírica preliminar de cómo es la vida en cada prisión y dónde estarían los principales problemas en cada una de ellas.
Este instrumento, de aplicarse quizás masiva y periódicamente en el país, pudiera complementar bien (en ningún caso reemplazar) otros indicadores cuantitativos más clásicos, posibilitando generar iniciativas para el mejoramiento de la calidad de vida carcelaria que aborden temas más allá de la infraestructura; tema que ya refleja mejorías debido al énfasis que se le había dado desde la política pública. Esto desde la comprensión que los internos que residen en la cárcel no sólo ven afectada su calidad de vida por los elementos “materiales” que los rodean, sino que gran parte de las influencias y experiencias significativas dentro de su vida en los recintos penales también se vincula al clima y el trato cotidiano intrapenitenciario.
Nuestro análisis llevados a cabo en cinco prisiones chilenas muestran el rol crítico de los funcionarios uniformados (especialmente aquellos de trato directo) en el desempeño moral percibido por los internos en cada una de las cárceles analizadas. A partir de esto, es posible concluir que hay un set de medidas que se podrían implementar para mejorar el desempeño moral de cárceles, y que para el caso chileno tienen estrecha relación con un llamado a perfeccionar el recurso humano que trabaja en las cárceles: los funcionarios penitenciarios. Los ítems referidos al trato cotidiano de los funcionarios, la aplicación de la justicia y la legitimidad de los procedimientos que se llevan a cabo, fueron evaluados de manera crítica, repercutiendo de manera negativa el desempeño moral dentro de los muros de la cárcel y evidenciando un vínculo con los funcionarios que podría potenciarse desde un set de medidas institucionales, como por ejemplo el mejoramiento de los incentivos, mejoramiento de la formación inicial, capacitación constante, estandarización y claridad de los protocolos internos, mejoramiento de la comunicación y coordinación interna y apoyo a los funcionarios de gendarmería, reconociendo que se trata de un trabajo complejo y que requiere de grandes sacrificios. Por ende, a partir de los resultados, se puede sugerir el fomento de procesos y un debido entrenamiento, que permitan mejorar el trato y respeto que los guardias dan a los internos; asimismo, reforzar aspectos de ética funcionaria y posicionamiento del gendarme como un modelo a seguir al interior del penal.
Asimismo, a partir de los resultados se realiza un llamado a las instituciones a cargo del reclutamiento de los internos a proveer de herramientas adecuadas a los gendarmes, sobre todo en aspectos técnicos de su trabajo con personas tales como manejo de conflictos, probidad, desistimiento, DDHH, etc. Estas medidas se deben hacer recalcando que los resultados dan cuenta que los uniformados de trato directo jugarían rol clave en desempeño moral y en reinserción; además de tratarse uno de los nudos críticos que los internos muestran en sus respuestas.
Guillermo Enrique Sanhueza- PhD Trabajo Social y Sociología, U. of Michigan- Investigador Facultad de Ciencias Sociales y Humanidades- Universidad San Sebastián. Francisca Pérez- Socióloga Pontificia Universidad Católica de Chile- Investigadora asociada al Centro de Políticas Públicas UC.