En el marco del ciclo de seminarios permanentes organizados en CELIV, la Dra. Elena Azaola, del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social de México, ofreció un panorama sobre la población carcelaria juvenil mexicana.
Este trabajo se propone analizar las condiciones de vulnerabilidad que enfrenta una porción de la población adolescente en México. La temática ha sido abordada a partir del estudio de un pequeño sector de esta población, en este caso, los adolescentes que se encuentran privados de su libertad por haber cometido infracciones graves, en especial aquellos que enfrentan condiciones adicionales de vulnerabilidad, como son las mujeres y los indígenas. Para realizar el estudio, se recogieron numerosos testimonios brindados por adolescentes mexicanos.
En el desarrollo de la investigación se emplearon diversos métodos y técnicas -tanto de corte cuantitativo como cualitativo- para recolectar la información. Entre ellos, una encuesta y testimonios directos de 730 adolescentes que se encuentran privados de su libertad en centros de internamiento de 17 entidades representativas de todas las regiones del país. Esta población representa casi la quinta parte (19%) de la población total de los y las adolescentes privados de libertad, por lo que el estudio que se realizó ofrece un panorama bastante completo y detallado de la problemática que enfrenta este subgrupo de adolescentes vulnerables en México.
Actualmente, la adolescencia es entendida como el periodo durante el cual el cerebro, no sólo se halla en proceso de maduración, sino que es maleable y vulnerable. Estos avances en las ciencias del comportamiento y la neurociencia constituyen el soporte conceptual que ha apuntalado las reformas a los sistemas de justicia juvenil que han tenido lugar durante la última década en distintos países. Estas reformas han sido también impulsadas por el reconocimiento creciente de los efectos psicológicos y sociales negativos que han tenido las políticas punitivas y de mano dura, tanto para los adolescentes involucrados como para sus comunidades. Hoy se tiene claro que, la gran mayoría de los y las adolescentes desiste de las conductas delictivas como resultado de su proceso natural de maduración, y que los programas que les brindan atención y servicios mientras permanecen en su comunidad, rinden mejores resultados que aquellos que los privan de la libertad, especialmente si esto ocurre por un periodo prolongado.
En relación con las condiciones de vulnerabilidad que precedieron a la comisión del delito, cabe destacar los siguientes hallazgos relativos a la familia de los y las adolescentes que han sido entrevistados en el estudio:
Y, en relación con otras condiciones de vulnerabilidad que precedieron al delito, como la escolaridad y su situación socioeconómica, se destaca lo siguiente:
Por lo que se refiere a los hallazgos una vez que fueron acusados de cometer un delito e ingresaron a las instituciones de la justicia, se distingue lo siguiente:
En cuanto a los hallazgos relacionados con las condiciones de internamiento y con lo que los y las adolescentes sueñan para su futuro, se observa lo siguiente: