DICIEMBRE 2023
La violencia como método: una panorámica a la situación del Ecuador
Por Daniel Pontón Cevallos*
Ecuador se ha constituido en un caso de estudio internacional debido a su sorprendente y explosivo crecimiento de la violencia. De ser considerado históricamente una “isla de paz” en un contexto regional conflictivo y violento, a partir de los años 80 Ecuador empezó a evidenciar una escalada delictiva que tuvo su tope en el año 2009 con una tasa de homicidios por cada cien mil habitantes de casi 19. A partir de ese año, y en el marco de un agresivo proceso de inversión en políticas públicas de modernización en seguridad y justicia, se generó una drástica caída de la tasa de homicidios. Al año 2018, Ecuador se ubicó como el tercer país más seguro de acuerdo a este indicador con una tasa de 5,7 por cada cien mil. Pese a ello, a partir de ese año se inició un proceso de escalamiento de esta violencia que a finales de este año seguramente pasará los 40 puntos. Pero la violencia no solo ha crecido de forma cuantitativa sino también cualitativa. A raíz de la crisis carcelaria, se han empezado a evidenciar una serie de crueles actos de violencia terrorista (cadáveres colgados, decapitamientos, bombas) que ha hecho presagiar a muchos el peor escenario en materia de seguridad para el país. ¿Qué ha provocado esta escalada hiperviolenta en el Ecuador?
Diversas hipótesis se han escrito sobre este tema (muchas de ellas con explicaciones no muy claras), pero algunas parecen coincidir que el problema se inició por un cruento conflicto narcocriminal. De hecho, es conocido que el Ecuador actualmente es un epicentro del tráfico de cocaína global, lo cual acrecentaría el interés de las mafias internacionales por controlar su territorio y generar así este nivel de violencia. Sin embargo, las cifras no parecen ser muy claras pues en los últimos años, el las cifras de producción e incautación han tenido un crecimiento vertiginoso a nivel mundial, sin reportarse crecimientos alarmantes de violencia en sus territorios. Por otro lado, según la Policía Nacional del Ecuador, el 79% de los crímenes cometidos en el país fueron hechos a personas sin antecedentes penales; y el 95% de los crímenes por narcotráfico en Ecuador ha sido por disputas por narcomenudeo y no por tráfico a gran escala. Esto generaría dos situaciones: 1) La primera es una demostración que la pandemia de violencia ya no es solo un problema solamente criminal, sino social; 2) Que la violencia por narcotráfico no se relaciona con peleas por rutas de las mafias internacionales; sino por disputas de mercados locales que manejan cuantías económicas mucho menores. Entonces, ¿cómo se explicaría esta situación?
Sin descartar el influjo del narcotráfico en todas sus formas, es importante considerar que en Ecuador la violencia se ha instalado como método en el marco de una sorprendente incapacidad gubernamental de comprender su alcances y efectos. La violencia como método debe ser considerada como un problema autónomo proveniente de una compleja interrelación entre economías ilícitas, marginalidad, la impunidad, el tráfico de armas; pero, sobre todo, de una adaptación pedagógica del valor de la violencia expresiva como manifestación cultural aprendida o emulada de los más cruentos escenarios del extranjero. Entonces, de lo que empezó como el resultado de una disputa criminal carcelaria, se difuminó rápidamente a las calles de ciertas ciudades como una estrategia criminal. A partir de la violencia, las bandas criminales han ganado territorio y poder en las cárceles (como epicentro del crimen) y lo largo del territorio sin encontrarse brújula al respecto. Pero esto no se quedó como un problema netamente entre criminales, sino que actualmente se ha constituido en un verdadero mecanismo de resolución de diversos conflictos sociales, económicos y políticos. Con respecto a esto último, solo así se explica cómo la violencia escaló en este último año para resolver conflictos políticos y que terminó con el asesinato del candidato presidencial Fernando Villavicencio. Plantear a la violencia como método a través del análisis del caso ecuatoriano es aportar a entender la compleja ecuación entre narcotráfico y violencia y comprender también sus posibles riesgos de proyección regional.
*Doctor en Ciencias Sociales mención en Sociología, Universidad Nacional del Cuyo, Argentina. Máster en Política Pública por la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, Sede Ecuador. Licenciado en Sociología y Ciencias Políticas por la Pontificia Universidad Católica del Ecuador.