* INFORME

DELITO EN CIFRAS

BOLETÍN NRO 18

DICIEMBRE 2019

¿Bajaron los homicidios?
Por Fernando G. Cafferata (MPA Harvard, director ejecutivo CELIV., profesor UBA).

Es frecuente la presentación de cifras estadísticas en materia de seguridad, en especial sobre homicidios, e igual de frecuente es la discusión respecto a que dicen los datos. Funcionarios del oficialismo y la oposición siempre apuran conclusiones, si subieron o bajaron, y quien tiene el mérito o culpa respecto a la modificación del guarismo. El uso del homicidio como indicador principal en materia de seguridad, si bien discutible cómo única medida, es el estándar internacional para analizar los niveles de violencia social. Naciones Unidas en su última investigación sobre homicidios en 68 ciudades de 66 países registra una caída promedio de 34% en un periodo de 13 años, con urbes cuya variación en el periodo es una caída del 2%. Por ende, el anuncio de caídas interanuales de 30% en una variable tan estable es muy raro estadísticamente. Es por ello que no es tan sencillo que esto ocurra y nos anima a pensar mejor los motivos de la variación.

En el gráfico podemos apreciar los datos históricos recopilados de los Sistemas de Salud y Criminal, a nivel nacional, y encontramos varios motivos de preocupación para contestar la pregunta del artículo. Marcelo Bergman, director del CELIV, esbozó algunos argumentos el pasado 06 de febrero del 2019 en el diario Clarin, en esta publicación nos enfocaremos en los problemas metodológicos.

Metodológicamente, podemos decir que el instrumento de recolección de datos del fenómeno homicidios en los sistemas estadísticos (SNIC y DEIS) presenta problemas de sub-reporte y de mala catalogación. Por un lado, el Sistema Nacional de Información Criminal (SNIC) recoge carga los datos de homicidios acuerdo al primer reporte policial. Si los hechos son re-caratulados, no es tenido en cuenta el cambio (problema de catalogación). Asimismo, este sistema no tiene en cuenta denuncias realizadas en la fiscalía y en la justicia (subreporte). Por otro lado, el Sistema de Salud (DEIS) recoge estadísticas de mortalidad mediante un instrumento estandarizado internacionalmente. Sin embargo, muchas categorías principales y residuales pueden generar divergencias en criterios de clasificación entre países y, a su vez, ser potencialmente confusas para los encargados de clasificarlas (nótese que en la página del ministerio de salud hay una “guía” descargable online para realizar esta tarea).

Al ser el homicidio un delito que deja un cuerpo como evidencia de su ocurrencia, el sub-reporte, si bien plausible, es un argumento menos sólido que el de mala catalogación. Para paliar este problema, en el SNIC, se podría recurrir al registro de estadísticas de homicidios del DEIS o alguna otra fuente. Sin embargo, vemos que en el caso argentino no alcanza. En primer lugar, hay una asimetría descomunal entre los guarismos brutos de ambos sistemas. Si bien, un monto de esta divergencia se explicaría por cuestiones metodológicas del instrumento de recolección, no se esperaría enfrentarse a una divergencia de la magnitud alcanzada. Si ambas miden el mismo fenómeno, estas series deberían estar “relativamente” cerca y variar concomitantemente. Descontando los años 2005, 2006 y 2007, esto no ocurre. De hecho, con posterioridad al “apagón estadístico” del SNIC entre 2009 y 2015, las series divergen considerablemente en magnitud (volumen de hechos) y en sus patrones de variación.

Es allí donde comienza a notarse que los volúmenes y patrones de variación de algunas categorías “residuales” del Sistema de Salud parecieran iluminar una explicación de lo que pasa. Si vemos el volumen y el comportamiento de las muertes violentas por causas indeterminadas, así como de aquellas indeterminadas vinculadas con armas, contrarrestan en tendencia a las caídas de homicidios del DEIS y del SNIC e, incluso, las compensan parcialmente en volumen. Si bien preliminar, es una dirección de análisis e investigación.

Enfrentados al problema de credibilidad de las estadísticas públicas en materia de violencia homicida, desde el CELIV estamos desarrollando un Índice de Credibilidad de las Estadísticas Delictivas. Desarrollado con una metodología propia, basándonos en organizaciones de colegas de los Estados Unidos Mexicanos, el ICED tendrá como función echar luz sobre los motivos de las variaciones que expresa la gráfica. El ICED clasificará al sistema argentino y los componentes provinciales del mismo, indicando cuales presentan mayor evidencia de calidad en las estadísticas de violencia homicida. El mismo tendrá una presentación anual y un ranking de calidad.

Si queremos lograr una política de estado en materia de seguridad, y basar la misma en torno a la evidencia, para mejorar los resultados, la información estadística en materia de criminalidad debe ser producida con calidad, de un modo profesional y despolitizada. Asimismo, los análisis que se hagan producto de la misma tienen que servir para mejorar sus resultados y no para peleas político-partidarias que nada ayudan a la ciudadanía.

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