A menudo y desde el sentido común suele asociarse la delincuencia a la pobreza, especialmente cuando se aborda el delito de robo en sus diferentes modalidades. De esta forma se tiende a creer que la pobreza determina e incide en mayores niveles de robos registrados en las ciudades. Sin embargo, es necesario interrogarnos acerca de esta asociación. ¿Existe verdaderamente una relación entre las condiciones de pobreza y la evolución del delito?, ¿Las sociedades que tienen proporcionalmente más pobres también tienen tasas de robos más altas? Afortunadamente en la actualidad existen algunos datos que permiten revisar esta relación con la finalidad de enriquecer el debate en este campo.
En el siguiente cuadro se detallan las tasas de pobreza de 18 países de la región latinoamericana, también se exponen las tasas de victimización (que mayormente se componen por delitos de robo) y la cantidad de robos cada 100 mil habitantes para los países que reportan datos sobre los mismos. Dado que existe un consenso respecto a la victimización como un mejor indicador del delito, especialmente el patrimonial ya que captura mayoritariamente los robos, podemos analizar la relación entre los mismos con los respectivos niveles de pobreza.
Nota: Todos los datos de pobreza corresponden a 2010 a excepción de Guatemala (2006), y Bolivia, Brasil, Chile y Nicaragua (2009). Los datos de robo son tasa de denuncia de robo por cada 100,000 habitantes para 2009, excepto Argentina (datos 2008). Para Victimización datos de la encuesta LAPOP 2010.
Pobreza: CEPAL http://www.cepal.org/publicaciones/xml/5/48455/PanoramaSocial2012.pdf pag 18
Robos: OEA, Alertamerica Informe sobre seguridad ciudadana en las Américas, disponible en http://www.oas.org/dsp/alertamerica/Report/Alertamerica2012.pdf p.73
Victimización: LAPOP. Barometer of the Americas. The Political Culture of Democracy 2010 disponible en http://www.vanderbilt.edu/lapop/ab2010/2010-comparative-en-revised.pdf pag 66
Como se puede observar, dentro del conjunto de países con menores niveles de pobreza se evidencia mayor cantidad de robos registrados así como de sus tasas de victimización. Argentina, Brasil, Chile, Costa Rica y México tienen las tasas más altas de robo en la región. Es decir, la pobreza se encuentra asociada negativamente con el robo. Esto implica que en países donde el nivel de pobreza es menor, suele haber más casos de robos registrados (robos cada 100 mil habitantes) y tasas más altas de victimización. Los datos parecen indicar que hay más robos en países relativamente más prósperos.
Esta primera lectura y su relación con décadas de investigaciones en criminología aportan evidencia adicional que demuestra que la pobreza como tal no es un factor decisivo para explicar el delito de robo. Aunque la pobreza puede, en ciertas ocasiones, incidir en el delito, existen otros factores que activan la predisposición individual a delinquir. La pobreza, en el mejor de los casos, podría ser uno de ellos. Los datos de la región parecen corroborarlo.