Por Graciela Ahumada, ex directora del Observatorio Argentino de Drogas del SEDRONAR y consultora del Observatorio Interamericano de Drogas de la Comisión Interamericana para el Control del Abuso de Drogas (CICAD).
De acuerdo a los últimos datos disponibles sobre consumo de sustancias psicoactivas (tabaco, bebidas alcohólicas, psicofármacos, inhalables, marihuana, cocaínas y éxtasis) en adolescentes escolarizados de todos los países del continente americano, podemos sostener que el consumo de bebidas alcohólicas presenta niveles altos y preocupantes. En 16 países, principalmente del Caribe y Suramérica, uno de cada dos adolescentes hace un consumo abusivo de bebidas alcohólicas según los indicadores establecidos por la Organización Mundial de Salud. Lo interesante es constatar que el consumo adolescente como patrón se ha expandido en la región, presentándose como un fenómeno globalizado.
Otro aspecto importante es el descenso en las tasas de fumadores. Los estudios comparativos que dan cuenta de lo ocurrido en una década o más, indican que en todos estos países la proporción de adolescentes que fuman ha descendido paulatinamente de modo constante. A partir de ello podríamos afirmar que las políticas globales en contra del tabaquismo han sido eficaces, un potencial ejemplo de política exitosa para la prevención del consumo de otras sustancias perjudiciales para la salud.
Otro aspecto para tener en cuenta a nivel regional es el aumento en el consumo de marihuana y el descenso sostenido en la percepción de gran riesgo que produce el uso ocasional de esta sustancia, factor que posiblemente explique, entre otros, el incremento de su uso. La aparición y aumento del consumo de las drogas de diseño también representa un problema importante que debiera ser considerado y atendido por una política pública de prevención, especialmente aquellas orientadas a la juventud.